Según Sernanp, la popularidad de este roedor favorece la conservación de los ecosistemas, fomenta la conciencia ambiental y promueve la visita de espacios naturales donde se encuentra.

Estos animales llegan a medir hasta 1.5metros de largo, pesan 50 kilos y tienen amplia distribución y se encuentran en grupos de hasta 20 individuos, son sociables y se adaptan bien a la vida acuática.

En un fenómeno que ha acaparado la atención de la sociedad, el capibara, también conocido como “ronsoco” se ha convertido en la sensación del momento. Este enorme roedor, que posee un tamaño de hasta 1.5 metros de largo y pesa casi 50 kilos, no solo ha ganado el corazón de los limeños, sino que también ha adquirido notoriedad a nivel internacional debido a su hábitat en las áreas naturales protegidas del Perú.

Con su comportamiento tranquilo y esos ojos que parecen reflexionar sobre el universo, el capibara ha tomado el trono en la Amazonía. Niños armados con peluches marrones corean: “¡Capibara, capibara, capibara!”, mientras la representación de este roedor genera una esfera de comercio en torno a su figura, con juguetes, peluches y hasta su propia canción viral.

El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente, subraya este hecho no sólo como una tendencia, sino también como un llamado a los esfuerzos de cuidarla. Los capibaras, que habitan en ecosistemas como el Parque Nacional del Manu, la Reserva Nacional Pacaya Samiria, el Parque Nacional Bahuaja Sonene, la Reserva Nacional Tambopata, así como en la Reserva Comunal El Sira, el Parque Nacional Yanachaga Chemillén y el Bosque de Protección San Matías San Carlos, entre otras, personifican la naturaleza diversa del Perú y resalta la importancia de conservar sus hábitats. Asimismo, confirma el buen estado de conservación que tienen estos espacios en un 96%.

Estos animales, tienen amplia distribución y se encuentran en grupos de hasta 20 individuos, son sociables y se adaptan bien a la vida acuática. Su anatomía, diseñado para nadar, y su dieta herbívora, que comprende tanto plantas acuáticas como terrestres, los convierten un componente esencial del ecosistema.

Pero, a pesar de su popularidad, los capibaras enfrentan amenazas como la destrucción de su hábitat debido a la deforestación y la expansión agrícola. El esfuerzo y compromiso de todos es importante para proteger su futuro y el de las áreas naturales protegidas en el que viven.

La capibaramanía no solo es una celebración de la naturaleza, sino que también llama a la participación ciudadana para conservar este emblemático roedor.

Informa Revista Digital Naturaleza Interior
“Cuidando nuestro medio ambiente y la vida”