En los últimos años, la ciencia ha comenzado a mirar hacia un aliado que siempre estuvo allí: la naturaleza.

Lejos de ser solo un entorno agradable o decorativo, los bosques, jardines, playas, lagos y huertos se están consolidando como escenarios activos de tratamientos terapéuticos.

Las llamadas terapias basadas en la naturaleza proponen un enfoque integral de salud, donde lo físico, lo mental, lo cognitivo y lo social se entrelazan. La premisa es sencilla pero poderosa: estar en conexión con la naturaleza ofrece una ruta para sanar de manera integral.

Más que pasear por un parque

En estas terapias, el contacto con el entorno natural no es casual ni improvisado. Son intervenciones estructuradas, guiadas por profesionales capacitados, que emplean actividades en espacios abiertos naturales para prevenir, tratar o acompañar diferentes problemas de salud.

Los beneficios se perciben en varias dimensiones:

● Física: el cuerpo responde con menos presión arterial y mejor ritmo cardíaco.
● Psicológica: disminuye el estrés y la ansiedad, mejora el estado de ánimo.
● Cognitiva: se fortalece la memoria y la concentración.
● Social: se promueve el vínculo con otros y se combate el aislamiento.

Modalidades que crecen en el mundo

Las terapias e intervenciones basadas en la naturaleza adoptan múltiples formas. Algunas ya son conocidas y practicadas en varios países:

● Baños de bosque (Shinrin-yoku): caminatas guiadas entre árboles, que reducen la hormona del estrés (cortisol), fortalecen el sistema inmune y ayudan a reenfocar la atención.
● Terapia hortícola: el cultivo y cuidado de plantas se convierte en una herramienta terapéutica para personas en procesos de rehabilitación psiquiátrica o como complemento de diversos tratamientos médicos.
● Equinoterapia y actividades con animales: en entornos naturales, los animales facilitan la mejora de la motricidad, la autoestima y la socialización.
● Terapias de aventura: senderismo, escalada o kayak, con fines terapéuticos, especialmente en programas de jóvenes o de rehabilitación.

Una semilla que germinó en el Perú

En 2020 nació en Lima la Asociación Panamericana de Horticultura Terapéutica y Social (APHTS), con un propósito claro: convertir la horticultura terapéutica en una modalidad complementaria de terapia basada en evidencia científica y reconocida en el mundo hispanohablante.

La misión de la APHTS es ambiciosa: reconectar a la población con la naturaleza. A través de intervenciones y terapias basadas en la naturaleza, la APHTS busca difundir estas terapias, destacando su carácter costo-efectivo, su capacidad de promover el bienestar y su gran potencial rehabilitador. Sus ejes de trabajo van desde la certificación profesional y la investigación hasta la acreditación de estándares, la educación y difusión, y el voluntariado con diversos grupos vulnerables.

Europa, Reino Unido y Latinoamérica unidos en un mismo proyecto

Hoy, la APHTS forma parte de un proyecto internacional de gran envergadura: NATURELAB. Se trata de una investigación de 4 años y medio, financiada por el programa europeo Horizon y cofinanciada por la Agencia de Investigación e Innovación del Reino Unido (UKRI).

El proyecto, iniciado en junio de 2023 y coordinado por el Laboratório Nacional de Engenharia Civil de Portugal, busca generar evidencia científica sólida sobre los beneficios de las terapias basadas en la naturaleza. Su meta es clara: respaldar, con investigación rigurosa, lo que cada vez más personas ya experimentan en carne propia, que la naturaleza tiene un enorme potencial sanador.

El futuro parece verde: en medio de una era marcada por el estrés urbano y la desconexión, estas terapias ofrecen una alternativa accesible, cercana y profundamente humana. Tal vez la medicina del mañana siempre estuvo en el presente: bajo los árboles, junto a las plantas, en la brisa del mar.

Fuente y mayor información: https://www.aphts.com/

Contacto: info@aphts.com

Informa Revista Digital Naturaleza Interior
“Cuidando nuestro medio ambiente y la vida”