Según el Global Banking Annual Review 2022 desarrollado por McKinsey & Company, la inestabilidad geopolítica y los efectos de la pandemia de la COVID-19 enmarcaron un periodo de impredecibilidad financiera.

Latinoamérica ha demostrado ser más rentable que el promedio mundial. Incluso, los ingresos han crecido de una manera más acelerada que otras regiones en la banca.

Se espera que las empresas y consumidores busquen adquirir financiamientos sostenibles, es decir que fomenten negocios con cero emisiones. Entre 2021 y 2030, los bancos podrían facilitar alrededor de USD 1,5 trillones en inversiones.

En un contexto de inflación, tasas de interés altas y volatilidad en los mercados de acciones, bonos y hasta criptodivisas, el 2022 significó el fin del periodo de predictibilidad al cual estaba acostumbrado el sector bancario mundial. La inestabilidad geopolítica y los persistentes efectos a largo plazo de la pandemia de la COVID-19 fueron las principales razones del agitado momento que se vive en el negocio bancario.

Para examinar cómo le ha ido al sector durante este año, McKinsey & Company desarrolló el Global Banking Annual Review 2022. A continuación, se comparten los principales hallazgos del reporte.

•Aunque los ingresos y los márgenes de los bancos aumentaron gracias a la subida de los tipos de interés, más de la mitad de los bancos del mundo cotizan por debajo de su valor contable. Solo el 35% generó rendimientos por encima del costo del capital. Es más, la banca ocupa el último lugar en una comparación de las valoraciones de mercado de los distintos sectores industriales, impulsado por sus débiles márgenes de beneficio neto y sus bajas expectativas de crecimiento.

•El desempeño de la banca varía considerablemente entre regiones y bancos. Los bancos regionales de Estados Unidos, los bancos más grandes de Canadá y los bancos en Indonesia, México y Sudáfrica, están experimentando un rápido crecimiento y una mayor rentabilidad, mientras que otros ubicados en Europa y China están experimentando caídas marcadas.

•La noción de “mercados emergentes” en la banca ya no existe. El grupo de países al que se refería este término ya no es monolítico; pues, algunos de los bancos con mejor rendimiento y mayor crecimiento se encuentran en Asia, al igual que algunos de los de peor rendimiento y menor crecimiento.

•A medida que la economía se desacelera, la divergencia entre los bancos se ampliará aún más. Todos los bancos se enfrentan a una desaceleración del crecimiento a largo plazo. Los bancos en Asia-Pacífico se benefician de una perspectiva macroeconómica más sólida, mientras que los bancos europeos se enfrentan a una perspectiva más sombría: en caso de una recesión prolongada, se estima que el rendimiento del capital de los bancos a nivel mundial podría caer al 7 % para 2026, y por debajo del 6 % para los bancos europeos.

•Asimismo, la mayor concentración de crecimiento se está dando en Asia emergente, China, América Latina y Estados Unidos. Se espera que estas regiones representen alrededor del 80% del crecimiento estimado de USD 1.3 trillones en ingresos bancarios globales entre 2021 y 2025.

•Los bancos deberían lanzar medidas audaces para generar resiliencia a corto plazo y sentar las bases para el crecimiento a largo plazo. Optimizar el balance y las posiciones de capital ayudará a los bancos a superar los tiempos volátiles, y será más importante que nunca desarrollar prácticas de gestión de riesgos e infraestructura tecnológica a prueba de ataques cibernéticos. A largo plazo, los bancos de modelos de negocio tradicionales necesitarán trasladar sus plataformas a unas mejor preparadas para el futuro.

Crecimiento en Latinoamérica

En medio de las perspectivas negativas de la banca mundial, se destaca el rápido crecimiento de los mercados de la India y América Latina. Particularmente, este último ha demostrado ser estructuralmente más rentable que el promedio mundial. De manera consistente, con la excepción del 2020 como consecuencia de la COVID-19, la rentabilidad financiera se ha mantenido entre el 15% y 20%. Asimismo, el índice de capital Tier 1 en la región permaneció por encima del 14% durante el 2022, al igual que en los tres años anteriores.

Por otra parte, los ingresos de América Latina han crecido más rápido que la media mundial a medida que aumenta la penetración. Durante el 2022, Latinoamérica ha percibido USD 361 billones, de los cuales, el 37% pertenecen a la banca corporativa, 35% a financiación del consumidor, 19% a gestión patrimonial, 6% a banca diaria y 3% a hipotecas.

La nueva era de las finanzas

Analizando el escenario actual, los bancos de todo el mundo tendrán que esforzarse para prepararse para el futuro, mejorando su resiliencia a corto plazo y aprovechando las oportunidades a largo plazo para crecer y ser más rentables. Es así como la sostenibilidad aparece como la ruta inteligente a seguir.

Hace tan solo cinco años, las finanzas sostenibles no eran siquiera un tema de conversación para los bancos. Ahora, la emisión de bonos sostenibles representa alrededor del 11% del volumen total del mercado de bonos, mientras que, los préstamos sindicados relacionados con la sostenibilidad, un 13% del volumen global de este mercado. La financiación para la generación de energía de bajas emisiones marcó la primera fase de inversiones, y seguirá siendo una prioridad, pero nuevos aspectos en la transición energética global cobrarán importancia; por ejemplo, el crecimiento de la electrificación, la construcción de la infraestructura de transmisión y distribución de energía y reducciones de emisiones en todos los sectores. Los cambios de política, las nuevas tecnologías y el impulso corporativo para descarbonizar están impulsando esta “nueva era” de las finanzas.

A pesar de las preocupaciones constantes sobre el ‘greenwashing” o ‘ecoblanqueo’, las finanzas sostenibles son una gran oportunidad para los bancos. El fuerte gasto en los activos físicos necesarios para cumplir con los objetivos de emisiones cero podría proporcionar a los bancos una oportunidad de financiamiento directo anual de alrededor de USD 820 billones. Además, se estima que, entre 2021 y 2030, los bancos podrían facilitar alrededor de USD 1,5 trillones adicionales en inversiones.

El mayor reto para los bancos será escalar el negocio y superar el riesgo, entre otros desafíos. Solo un pequeño porcentaje de bancos cuenta con las capacidades a corto plazo de financiar las áreas más dinámicas, como la infraestructura a escala de red, el hidrógeno verde, los combustibles verdes, la biomasa, la captura y almacenamiento de carbono. Los desafíos incluyen el riesgo crediticio, la complicada economía de nuevos proyectos y la falta de estándares establecidos para productos financieros relacionados con la sostenibilidad. Sin embargo, los nuevos instrumentos, mercados y fondos de ingreso tendrán la capacidad de atraer a aquellos bancos, prestamistas y administradores de patrimonio que se atrevan a ser parte de la próxima era de las finanzas sostenibles.

 

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